viernes, 15 de junio de 2012

CUATRO POSTALES PREELECTORALES

A dieciséis días de la jornada electoral, destacan cuatro campos conflictivos, pero a la vez potenciadores, del voto razonado, informado. 1) Las encuestas, sometidas a presiones partidistas propias de nuevas campañas, abrieron cauces para el dinero que no se pudo invertir en propaganda mediática. Un conglomerado de empresas de comunicación asesora y prácticamente dirige las campañas de casi todos los candidatos, en función de los recursos que logre comprometer cada aspirante. Pero las fortalezas pueden ser también el Talón de Aquiles, como lo muestra la demanda que enfrenta Enrique Peña Nieto, de una compañía estadounidense por incumplimiento de pago, con recursos que presumiblemente saldrían del erario del Estado de México. Además de la corrupción empujada por los altos costos que demandan las empresas mediáticas de comunicación política, hay un debate técnico-político sobre el uso de las encuestas. El IFE tendrá que superar el rol de ventanilla de registro de esos instrumentos, mediante la conformación de un equipo técnico que asegure la calidad de encuestas y sondeos de opinión. La prensa escrita y electrónica tendrá también que demostrar la solidez teórica y metodológica de los instrumentos que utilice. La academia ya entró también a este debate, aportando nuevos elementos que relativizan el uso político de las encuestas. Varias instituciones educativas prestigiosas del centro del país encargaron un estudio a Berumen y Asociados, cuya interpretación corrobora que la competencia está viva, pues la encuesta nacional a viviendas, no telefónica, realizada con más del doble de casos que los manejados por la mayoría de las casas encuestadoras y con una tasa de rechazo a responder mucho más baja que el resto, plantea un empate técnico donde el segundo lugar podría remontar las diferencias y eventualmente superar al candidato establemente puntero. 2) Los spots. Mientras Peña Nieto y López Obrador orientan su propaganda en esta última fase electoral hacia el ganar la confianza del votante. Josefina Vázquez Mota optó por spots de contraste, principalmente dirigidos hacia AMLO. Una estrategia parecida a la de 2006, encaminada al voto del miedo: la quiebra del país por la tentación “populista” de recurrir al endeudamiento, el peligro para México que representa un personaje rijoso que no respeta las instituciones… Spots que incluso fueron censurados y retirados por el IFE. Sin embargo, el Presidente Calderón se sube al ring y con motivo de la propuesta de AMLO en torno de obtener 300 mil millones de pesos para su programa económico, a partir de la reducción del gasto público, defiende la estabilidad macroeconómica lograda, ignorando la racionalidad de las cifras difundidas por el equipo de campaña del Peje. 3) Los debates televisivos. Después del debate del 10 de junio pasado, las tendencias del voto no parecen modificarse sensiblemente. Desde antes, la intención del voto por AMLO crece, la de Peña Nieto tiene altibajos y Vázquez Mota se estanca en el tercer lugar. Los ataques previos al debate, aunados a un trabajo sistemático en las redes sociales, unos con fundamentos, otros hechos desde el hígado, acrecientan temores pero también refuerzan al atacado, pues crecen las dudas sobre el origen y las intenciones perversas de los atacantes. 4) #YOSOY132, focaliza su actuación contra el autoritarismo mediático, pero su heterogéneo crecimiento puede diluir su carácter antiautoritario, antisistémico. En torno suyo no han convergido otros movimientos sociales de corte antiautoritario, como sucedió en la Primavera Árabe, ni ha atraído la alianza estudiantil-popular que representó la conciencia crítica del 68. Sin embargo, no se puede menospreciar el debate al que lograron convocar a tres de los cinco candidatos presidenciales. Alerta, trascender la política-espectáculo lleva a pactos, alianzas, regeneraciones y reconciliaciones postelectorales, que urge prever.

No hay comentarios:

Publicar un comentario