viernes, 18 de febrero de 2011

AMISTAD CIUDADANA, LA ESPERANZA

Sería pretencioso decir que la amistad entre los pueblos es el mejor antídoto contra la instrumentalización, generalmente operada mediáticamente, de la política y la diplomacia internacional a favor de los gobiernos en turno. En todo caso, suena más accesible, dada la heterogeneidad de la idea de pueblo, hablar de la esperanza en torno de la amistad ciudadana, esa que comparte valores de convivencia fundados sobre el reconocimiento de una condición de pares, que son portadores de derechos y que se vinculan libremente al identificar intereses comunes. Ello es algo profundo que vive gracias a la apertura hacia la interculturalidad como fuente de enriquecimiento de las relaciones humanas, por encima de las cambiantes y coyunturales relaciones intergubernamentales. Con esos amigos-as franceses-as he trabado, desde hace más de 30 años, una profunda y sostenida amistad, además de haber creado vínculos académicos que nutren mutuamente nuestras culturas ciudadanas. Por ello, me permito traducir una Carta abierta al gobierno francés, que hacen circular amigos esperanzados en que los problemas causados por el affaire Florence Cassez, no nublen la celebración del Año de México en Francia:

“La decisión de la justicia mexicana concerniente al juicio de Florence Cassez, desató desde hace algunos días en Francia, una serie de reacciones de la parte del gobierno, de los partidos políticos y de los medios de difusión, que han resultado un enorme fiasco. Asistimos a un potente ascenso de la polarización en la toma de posiciones, a partir de la declaración de la Ministra de Relaciones Exteriores rehusando participar en las actividades previstas para el Año de México en Francia, y el llamado de Martine Aubry [Presidenta del Partido Socialista Francés y Alcalde de la ciudad de Lille, de donde es originaria la Sra. Cassez; y desde abril de 2010, Aubry es Presidenta de la Eurometrópolis Lille-Kortrijk-Tournai] demandando a las colectividades locales socialistas boicotear esas actividades y eliminar las que dependen de ellas. El 14 de febrero, al dedicar el Año de México en Francia a Florence Cassez, Nicolas Sarkozy tomó una fuerte responsabilidad. No se puede pedir a escritores, artistas, científicos franceses, como tampoco a los mexicanos, el aceptar ser utilizados como medio de presión en asuntos que dependen de la justicia y la diplomacia. No es aceptable para nosotros franceses, y tampoco para nuestros colegas mexicanos. Esta mezcla inadmisible de géneros desembocó en la decisión, lógica, de retirarse por parte del gobierno mexicano.

“El Año de México es un evento destinado al mejor conocimiento de ese país. En ningún caso, puede ser instrumentalizado por los gobiernos como medio de presión sobre un asunto que depende del Poder Judicial mexicano y de la diplomacia francesa. Reafirmamos nuestro apego a las relaciones científicas, culturales y humanas con nuestros asociados que siempre nos han acogido con respeto, atención y amistad, muchos de entre ellos escogieron hacer sus estudios en Francia y trabajar luego con nosotros.

“Demandamos al presidente de la República Francesa retractar su decisión de dedicar el Año de México en Francia a Florence Cassez y reafirmamos nuestra amistad con México.”

No se niega que existen problemas que deben de encontrar vías de solución propias, pero ni el descrédito de la justicia mexicana, que cuenta con evidencias que hacen dudar de la calidad de sus procesos judiciales, ni las ambiciones mediáticas del gobierno francés, que no solo litiga sino que declara inocente y absuelve a la Sra. Cassez a través de los medios de difusión, deberían de impedir las celebraciones que generosamente acordaron los representantes gubernamentales de los contribuyentes franceses, que en su mayoría son amigos-as de México, más allá de acciones ilegítimas de la justicia mexicana.

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